martes, 9 de julio de 2013

Yo y mi espejo

Esta noche estaba en ganas de hablar con mi espejo. Sí, con mi espejo.

Me paré frente a él con una franela puesta y me quedé mirando fijamente a mi reflejo. Lo miré tanto que se hartó y me preguntó: "¿Qué es lo que tanto me miras?"  Le dije que lo miraba a él, porque tal vez meditando junto a su ser podría encontrar varias respuestas a las preguntas que tenía de mí mismo. Me dijo:

No estoy aquí para darte respuestas, amigo. Puedo verme como tú y actuar como tú, pero no soy tú, y nada de lo que yo haga influirá en tu vida. Estoy acostumbrado a que la gente venga hacia mí en busca de una respuesta, de una solución a sus problemas, como si yo fuese adivino. Pero adivina qué: los reflejos no tenemos más poder que el de la simple mímica. Yo no soy tu introspección, no soy tu consciencia ni tu inconsciencia, ni siquiera soy mucho más de lo que tu sombra puede llegar a ser. Soy un espejo, loco.

Pero pensé que podrías responder---

¿Tus dudas sobre ti? ¿Tus inseguridades? ¿Decirte lo que debes hacer para salir de tus problemas? Bájese de esa guagua, que usted no va. Tú, más que nadie a tu alrededor, sabes lo mal que estás llevando las cosas. Por eso estás aquí frente a mí, esperando que un ser que nunca te ha dado consejo te dé guianza o te dé una orden, qué sé yo. ¿Has visto cómo has estado llevando tu vida hasta ahora? ¿Has dado prioridad a aquellas cosas que realmente importan? ¿Has levantado, al menos, tu vista para ver lo que hay más adelante? Dígole yo... Tienes suficiente tiempo para verme en el espejo en vez de ver lo que estás haciendo y lo que estás construyendo con eso.

¿A quién saliste tan hiriente?

Copié del mejor.

...... Touché.

Mano', muy bien lo sabes: "cosechas lo que siembras". A veces no hay mejor maestro que el presente, porque es el fruto de tu pasado. Sé que no te gusta donde estás ahora, lo puedo ver en tu rostro y lo siento en el mío. Si algo puedo decirte es que algo estás haciendo mal, o algo no estás haciendo del todo. Medita en lo que has hecho hasta ahora y en lo que has conseguido con tus acciones. Reflexiona en lo que has dejado de hacer, o en lo que nunca has hecho, y a lo que eso te ha llevado. Sé que no eres perfecto, pero las imperfecciones no son excusa para llegar a tu meta. Ánimo, bro.

Creí que no me ibas a dar respuestas.

No te daré las respuestas —dijo mi reflejo mientras empezó a sonreír—, pero estoy aquí para ayudarte a conseguirlas.

1 comentario:

  1. Interesante papa. No sabia que llevabas un blog nuevamente. Buena lectura :)

    ResponderEliminar