lunes, 24 de junio de 2013

Anclado

Lunes 24 de junio, 1572
En algún lugar del Caribe, 102 km al sureste de La Española

Bitácora del Capitán:

"—¡SUBAN LAS VELAS! —, gritó el capitán. Y el primer piso se quedó sin luz."

Con este chiste inicié la jornada de hoy esta mañana en el barco. Muy pocas veces había visto a mis tripulantes reírse tanto, y mucho menos en estado de sobriedad. Admito que me gusta creer que soy buen capitán, pero me gusta muchísimo más cuando es mi tripulación que me lo recuerda cada vez que puede. A la verdad que son pocas las emociones más lindas que el sentir que reconocen tu trabajo, y que te digan que lo haces bien.

Durante el transcurso del día todo anduvo bien. Echamos anclas y nos mantuvimos estáticos junto a una mancha de peces bastante prominente, la cual aprovechamos para reabastecernos de alimentos por medio de la pesca. "El pescado es bueno para el cerebro", dicen los más experimentados en el mar; y tener la cabeza en su sitio es bien importante ya que cualquiera puede enloquecer aquí. Luego de capturar una cantidad considerable de peces y asegurarnos de poder conservarlos todos decidimos marcharnos. Pero no pudimos.

Una de las anclas quedó encallada en el fondo marino, imposibilitando la partida. Esto es peligrosísimo, debido a que si nos atrapa una tormenta en este estado nos embestirá con más fuerza de la que podremos soportar. Por ahora las aguas están mansas, pero el mar nunca ha sido de fiar, y nunca lo será. Desde ya hace unas horas tenemos una idea de la posición en la que se encuentra el ancla enganchada en una cadena rocosa que hay en el fondo, y si es como pensamos no será un trabajo fácil el sacarlo. Mi primera oficial y yo estuvimos discutiendo estrategias para poder lograrlo, y esperamos poder hacerlo pronto, ya que las aguas del Caribe son muy turbulentas en estas fechas.

Sí, tengo un primer oficial mujer. Es exageradamente extraño encontrar un navío con un primer oficial mujer a bordo, y éste es uno. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y es la persona más confiable que conozco. Estoy orgulloso de tenerla a bordo conmigo.

Ya está por caer la tarde y todavía no hemos podido hacer nada por desencallar el ancla, pero al menos tenemos la seguridad de que en lo que resta de día no habrán climas adversos. Podremos cenar pescado con tranquilidad... al menos por ahora.

.-Capitán Jorge A.-.

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