martes, 25 de julio de 2017

No eres tú, eres tú

Créeme, he pensado en todas las razones habidas y por haber.

Repaso cada uno de los ratos buenos y ratos malos, cada suave brisa que podía traer algún recuerdo, cada sonrisa de los enamorados, cada ladrido de un perro, cada sonido de las hojas secas que piso.

Repaso principalmente cada raya de la acera que, con más detenimiento y dedicación del que debería ofrecer, estudio y medito si debería pisar o no.

Contemplo el vacío esperando que algo surja, inútilmente. Doy riendas sueltas a mi esperanza, donde sea que vaya, donde sea que debe dirigirse, aunque no sepa dónde. En esta vida nadie nace con mapas; y con su razón, pues nada que verdaderamente otorgue felicidad puede conseguirse con uno.

He pensado volverme fotógrafo para capturar todos aquellos lugares en los que he estado, donde quiero estar, donde quiero ser y volver a ser. He pensado tanto las cosas que creo que ya tengo otro título universitario: Licenciado en Análisis Innecesario.

Ya las películas de viajes al pasado no me parecen fantásticas ni imposibles. Ahora me maravillan las películas de ciencia ficción donde la gente verdaderamente puede viajar al futuro. Eso sí es difícil.

He dado tantas vueltas a ciertos temas que ya escucho voces de la nada, siento que me tocan al hombro y no es nadie, siento que me llaman sin saber de dónde, siento que me besan la mejilla durante la noche sin haber nadie en la habitación, siento que me pierdo sin siquiera haber emprendido el viaje.

Lo he pensado todo y no he concluido en nada. No siempre las matemáticas son exactas, pues durante mucho tiempo los números no cuadran. Ni siquiera mis dedos atinan en respuestas a operaciones simples.

Ya me cansé de pensar.

A fin de cuentas si nada es solución, entonces quizá nada sea problema. No eres tú, pero eres tú.