domingo, 20 de septiembre de 2015

Mi aventura de viaje, parte dos

Si no has leído la primera parte, la puedes encontrar aquí.

Ha pasado mucho tiempo desde que escribí mi primera entrada sobre el viaje (es tan así que esa entrada se trató sólo del primer día, y ya llevo 15). Chile me ha brindado muchas cosas, tanto para ver como para aprender, de manera que les haré un resumen de todo lo que ha pasado desde que publiqué mi última entrada hasta el día de hoy.

MI ESTADÍA CON REBECA

Lo pongo así de título porque mi estadía con ella ya terminó, de una manera muy feliz por cierto. En el tiempo que estuve allá aprendí a convivir en un hogar de manera independiente (o algo por el estilo). Siempre que podíamos Rebeca y yo compartíamos en la mesa o en la cocina y conversábamos sobre las cosas de la vida, trivialidades, sobre nuestros países, una que otra cosa profunda... en fin, la pasábamos bien con la presencia del otro. También en este departamento vive alguien más, con quien tuve el placer de convivir. Su nombre es Pablo, y es un joven genial. Anda en una silla de ruedas, por lo que la dinámica en la casa es algo diferente que de costumbre, y por eso aprendí también a convivir mejor con el prójimo y a ser más empático en las acciones dentro del hogar.

Junto a Pablo, conocí también a su polola, Pinky. Se habían conocido hace poco, pero ya se habían compenetrado de una manera que cualquiera piensa que tienen varios años de relación. Había mucha conexión entre ambos, y me sentí muy feliz por ellos, porque sé lo que es eso. En Chile la cultura es un poco más liberal que en Dominicana, por la que no era raro que algunos días ella se quedase en el departamento, o él en la casa de ella. Debido a esto hubo muchos días que no veía a Pablo, porque al parecer ya se estaba serializando eso de que él se mudaría con ella, lo cual me alegra mucho, ya que ella se ve que de verdad lo quiere.


Aquí el Pablo y la Pinky. Una pareja grandiosa.

Otra de las cosas que me dí cuenta en Chile es que allá se fuma mucho. Bastante. Y se toma vino en cantidades industriales. Es una locura. Pero no solo conocí a estas dos personas, sino que tuve el chance de conocer a las tres hijas de Rebeca, que son medio dominicanas también (y créanme, sentí esa dominicanidad en algunos momentos). El domingo que había llegado (del cual les conté) pude conocer a su hija de el medio, Dani, y a su pololo; pero tuve más chance de compenetrarme más con ellos el día de la fiesta de cumpleaños de Rebeca. Vaya coincidencia el haber sido huésped en la semana en que Rebeca y Dani cumplía años, junto con el 11 de septiembre, que es una fecha de mucho peso allá en Chile. Rebeca decidió celebrar su cumpleaños ese día, ya que decidió romper con los tristes sentimientos que ese día le traía, así que hizo su fiesta de cumpleaños esa noche.

Asistieron muchas de sus amistades, así como dos de sus tres hijas, incluyendo a Dani y a la hija más grande, Nati, que había nacido en RD, pero sólo duró tres meses. El amor y la confianza que existe en esa familia es una cosa de admirar, en verdad. Sus hijas partieron temprano de su casa, pero siempre se comunicaban y la visitaban semanal. Rebeca ha aprendido a disfrutar de sí misma, por lo que no le resulta pesado en lo absoluto el vivir sola, y le ha servido para ser feliz. Sus hijas, ya grandes, lindas y maduras, bailaron durante toda la fiesta: merengue, salsa, bachata... ¡y lo hacían súper bien! En ese sentido representaban mejor a RD que yo, pero es un tema que no pienso discutir.

De las cosas que me llevo como tesoro fue en un momento en el que estuvimos juntos sentados en el sofá, y empezó a sonar la canción Amor y Control, de Rubén Blades. Mientas cantábamos, les contaba de cómo mi familia se ponía muy emocional con esa canción. ¿Pero para qué fue eso, si ya a ellas se les aguaban los ojos y se abrazaban? Sucede que a ellas les pasaba igual, y eso me hizo sentir mucha nostalgia de estar entre los míos. Es una linda familia. Cabe destacar que Rebeca pudo romper con su maldición del 11 de septiembre, y estoy feliz de haber estado presente. Además conocí a la sobrina de Rebeca, la cual tiene de los nombres más HERMOSOS que haya escuchado jamás: "Laura Taína".

Dani, Toco (el pololo de Dani), yo, Rebeca y Nati. Tres rubias excepcionales.

En los días venideros intenté hacer las cosas de las cuales no me podía ir de Chile sin hacer, entre esos estaba ir a un asado, y se me dio el chance perfecto pues dos días después de la fiesta de Rebeca estaba la de Dani, que iba a hacer un asado. Sábado en la noche, y estábamos en el gazebo de su edificio, donde llegarían sus amigos y familiares. Rebeca y yo fuimos de los primeros en llegar, así que ayudamos a terminar los preparativos para cuando llegaran los demás invitados. El Toco y sus amigos estaban  trabajando con las carnes, entre ellas un gran lomo de res que se veía exquisito. Allí compartí con varios de los amigos de la Dani, conocí un poco más de la cultura y la realidad chilena, y comí salchipan.



Al día siguiente ocurrió el hito más grande de mi viaje, y cumplí una de las metas que he tenido durante toda mi vida: conocer la nieve. Aprovechando que estaba en Santiago de Chile, estaba en la obligación personal de tomar un día para partir a las montañas nevadas de Los Andes a cumplir dicha meta. Tomé un bus que realiza esos viajes, y que tiene una tienda en donde alquilan vestimenta para el mismo, por lo que me surtí de todo lo necesario y emprendí el viaje al lugar que más me convenía para el mismo: Farellones. Es uno de los polos turísticos de nieve más conocidos, el cual se destaca por ser el que tiene el ambiente más familiar y accesible para las edades.

No pude dormir en todo el transcurso hacia allá por la emoción. Cuando llegué me sentí muy realizado. El lugar era hermoso y algo frío, pero menos de lo que esperaba. Había mucha gente, y habían muchas actividades para realizar, entre ellas unos toboganes por donde uno se tiraba con un gran asiento de aire, también varios rapel por los cuales deslizarse, pistas de ski, y unas sillas panorámicas que servían de transporte hacia las pendientes para lanzarse en trineo.

Aunque gocé en muy gran manera, la experiencia hubiese sido completa si hubiese estado con mi amada familia. Pero amén, ya lo haremos en algún momento.

Así se ve la colina desde la silla panorámica



Y esta es la vista de Farellones desde el balcón principal


Yo y el hombre de nieve

Entre la blanca nieve

Primer ángel de nieve: listo.

Primera bola de nieve: lista.
De si se lo llegué a pegar a alguien... eso es otra historia.

Éste es Max, el San Bernardo. Estos perros son enormes.

Arcadas, versión nevada.

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Sucede que ya para el día 14, un día antes de mi partida, cuando más me quería quedar y conocer más lugares que iba a dejar sin visitar, ya se confirmaban los rumores de que habría huelga de controladores aéreos al día siguiente, por lo que era posible que se cancelase mi vuelo. Esto resultó en una oportunidad única de poder cambiar mi vuelo y poderme quedar un tiempo más, lo cual hice. Ya mi partida no sería el 15, sino una semana después.

¿Cuánta suerte se puede llegar a tener?

Juzguen ustedes, que después de decidir quedarme tuve la grandiosa idea de viajar a Valparaíso y Viña del Mar, zonas costeras de Chile y puntos turísticos importantes. Habíamos viajado allá Yuli y yo. Yuli es la hermana de la ex-jefa de mi hermana, la cual me ha atendido de maravilla en lo que llevo de estadía.

Sucede y viene al caso que nos pasamos la tarde conociendo esas zonas, y cuando salimos de allá de camino a Santiago, como a la media hora, se produce el terremoto que azotó a Chile, con magniutd 8,4 y de epicentro a 11km de Valparaíso. Como estábamos en el autobús, ni lo sentimos. Lo bueno fue que pudimos comunicarnos con nuestras familias y tranquilizarlos.

Eso sí... aguantar las réplicas en edificios altos durante toda la noche no es un cachú. Aquí porque están acostumbrados, ¿pero yo...? Conmigo no cuenten pa' eso.


MIS NUEVOS AMIGOS CHILENOS Y Y DANÉS

De entre las grandes amistades que logré conseguir aquí en Chile está Daniel, el cual trabaja para la embajada de Dinamarca aquí en Chile. Nos conocimos en uno de los almuerzos del taller, y fue muy amable y ameno conmigo, y me invitó a estar con él y unos amigos esa noche en un bar, del cual era amigo del dueño. Pues así hice, y conocí a dos excelentes representantes chilenos: Alejandro y Maribel. Hablamos y bromeamos mucho, y se ofrecieron, al igual que Dani, a mostrarme todo lo que podían de Chile.

Durante mi estadía me han sacado muchas veces a muy buenos lugares de Chile. Uno de éstos ha sido la viña de Undurraga, que es de las mejores marcas de vino de Chile. Allí nos hicieron una visita guiada por las instalaciones y nos enseñaron todo sobre el proceso de fabricación del vino. Fue genial.

Frente al gran vino Pinot.

La bodega, donde se dejan madurar los vinos.

El guía fue la mejor parte. Sabía mucho y era súper gracioso.

Además de la viña, me llevaron a comer a un restaurante peruano y a uno de carnes llamado Chilenazo. Definitivamente conocerlos a ellos tres fue de las mejores cosas que me pudo pasar en Chile.

En el Chilenazo, listos para bajar carne.
En el restaurante peruano, con un plano lleno de mariscos.

CAMBIO DE DEPARTAMENTO

Se dio el caso también de que Rebeca no podía albergarme en los días que me restaban, por lo que debía buscarme un lugar nuevo dónde quedarme desde el jueves. Mi hermana me ayudó mucho con eso, y me recomendó muchos buenos lugares. Después de mucho evaluar escogí quedarme con Marco. Es un pana bien, joven, psicólogo industrial que vive en un apartamento de soltero a como dos esquinas de la estación del metro. Su posición geográfica era súper conveniente.

Resulta que el man es también muy buena onda, sabe muchas cosas, y siempre dispuesto a ayudarme a tener una buena estadía. Él también me ha sacado de la casa a otros sitios para que la pase bien. El día de hoy me llevó a un lugar llamado Comunidad Ecológica Peñalolen, cercano a donde empieza la montaña. Ahí tuvimos un asado en casa de uno de sus mejores amigos, Yal. Nosotros, junto a los demás amigos de Yal, comimos mucho asado y la pasamos muy bien. Son muy pintorescos ellos ya que, cabe destacar, yo y la española eramos los únicos hetero en el coro. Después se sumaron tres chicas más las cuales no tuve tiempo a conocer bien. Eran danesas.



Éste es el Marco, con parte de su sala visible.

Yo y Yuli

Yuli es otra que se ha dado a la tarea de mostrarme la mejor cara de Chile, pero sin dejar de ser dominicana. Me ha sacado a muchos sitios a pasear, entre ellos la zona de Bella Vista, que es una avenida con muchos bares y restaurantes jevi; me llevó a conocer su apartamento y quienes con ella viven, fue conmigo a Valparaíso y Viña del Mar, entre otros.

Es una mujer súper enérgica, y representa bien la alegría que nos caracteriza en Dominicana.

Yo y Yuli, de camino a Valparaíso.

A un día de terminar esta aventura...

Chile me ha mostrado una cara diferente de latinoamérica, pero con un calor similar. El estar aquí por un tiempo tan relativamente prolongado me ha confirmado que necesito conocer más gente y más partes del mundo, porque es algo que marca tu vida y te hace ser más humano día a día. Aprender de las experiencias de los demás, sus estilos de vida, sus historias y su cultura es lo que me hace apreciar más la vida, y sentirme más perteneciente al mundo y a quienes en él habitan.

Mi viaje ha sido excelente.

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