La diadema de los Ravenclaw

 Rowena Ravenclaw, una de las fundadoras de la Escuela de Magia y Hechicería Hogwarts, poseía gran sabiduría y conocimiento. Fundó su casa bajo el lema "una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres", frase que marcaría generaciones de estudiantes por muchas décadas. 

Sobre su cabeza descansaba frecuentemente una diadema encantadora la cual, según se rumoraba, otorgaba gran inteligencia y sabiduría a quien la usara.

Su hija, Helena, en vez de llenar su corazón de orgullo lo hizo con envidia al reconocer la inmensa atención que recibía su madre. Como remedio a ese ardor que llevaba dentro robó su diadema con la esperanza de usarla y convertirse en alguien más famosa y solicitada. Todo lo contrario, sus atributos nunca cambiaron y terminó pasando el resto de sus días en amargura y melancolía, pasando de mala decisión en mala decisión hasta culminar en una triste muerte sin poder volver a ver a su madre.

Helena, tarde descubriste que lo que tanto buscabas no estaba en la diadema. Ya estaba en ti, en tu madre, en todos. La sabiduría y la felicidad nacen y se construyen, no se arrebatan en un acto de necedad.

Lo que buscabas no estaba en la diadema, Helena. No estaba en la diadema.