jueves, 16 de marzo de 2017

Quiero llevarte

—Yo como que quiero llevarte.

—¿Llevarme a dónde? —preguntó ella, extrañada.

—Quiero llevarte donde la paz y el entorno son uno. Donde estuvimos supuestos a nacer y morir juntos, donde a veces el polvo bajo nuestros pies es un lujo y un placer. Donde puedo verte levantarte y sonreírme cada mañana con la misma sonrisa con la que volverías a la cama conmigo. Donde la lluvia nos lleve siempre al delirio en cada ocasión, y cada gota que toca nuestro suelo sea una bendición.

—Anjá, continúa...

—Quiero llevarte a un lugar donde el calor pueda compararse solo con el de nuestro amor, y donde el frío sea la razón por la que nuestros cuerpos estén siempre juntos. Quiero que un espacio pequeño sea más que suficiente para nosotros. Deseo llevarte a los confines de la tranquilidad, donde todos creen que no hay nada, y hay todo. Donde quienes nos rodean no puedan evitar que cosechemos lo que sembremos. Quiero que estés conmigo en ese cielo que tú y yo construyamos, contemplando todas las noches las melodías y obras de arte que tiene el Creador para nosotros. Aquel lugar donde solo nos es posible suspirar amor. Donde tu piel y la mía no rocen, sino que se mezcle. Quiero llevarte a un lugar hermoso.

—No terminas de decir a dónde quieres llevarme, tonto —dijo entretenida.

—Quiero llevarte al campo, amor —dijo él con una sonrisa.

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